Altamar
En el año 2001, al inaugurar Altamar, una casa de retiros en Mar del Sud, hacíamos realidad un sueño de muchos años.
Fue posible concretarlo gracias la generosidad de un empresario amigo que donó el terreno y construyó la casa. Sólo faltaba el Oratorio, que se hizo años después con la colaboración de muchas personas.
Más tarde comenzamos a desarrollar un proyecto de parque, que sigue avanzando sin prisa pero sin pausa.
La casa de retiros es muy agradable pero lo más impresionante es el entorno: la naturaleza en su esplendor, mezcla de pampa, mar y cielo, en una combinación que facilita el recogimiento y el encuentro con Dios.
Fue posible concretarlo gracias la generosidad de un empresario amigo que donó el terreno y construyó la casa. Sólo faltaba el Oratorio, que se hizo años después con la colaboración de muchas personas.
Más tarde comenzamos a desarrollar un proyecto de parque, que sigue avanzando sin prisa pero sin pausa.
La casa de retiros es muy agradable pero lo más impresionante es el entorno: la naturaleza en su esplendor, mezcla de pampa, mar y cielo, en una combinación que facilita el recogimiento y el encuentro con Dios.